Tus caricias profanaron mi cuerpo,
Tus besos el santuario de mi alma;
Tus palabras me enredaron de deseo,
Y me arrastraron despacio hacia la nada.
Querías apresarme entre tus brazos,
Sentir que volabas al espacio;
Llevarme al paraíso muy despacio,
Y que rozara tu piel con mis labios.
Tus cálidas manos jugaban con mi piel,
Deseos de tenerte hasta el amanecer;
Caricias prohibidas que saben a miel,
Cuando mis ganas no te vuelvan a perder.
El corazón palpitando al compás de la pasión,
Mi sed y mi hambre de amar al amor;
El deseo, las ganas de sentir temor,
Tu cuerpo en mis brazos, perdí la razón.
Razón por razones
Hace 12 años
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